lunes, 31 de agosto de 2015

CUANDO EL PUEBLO DE DIOS CRECE - Éxodo 1:9, 10


"Y le dijo a su pueblo: “¡Cuidado con los israelitas, que ya son más fuertes y numerosos que nosotros! Vamos a tener que manejarlos con mucha astucia…”" (Ex. 1:9,10).

Cuando el pueblo de Dios crece y avanza tiene que prepararse para la opresión del enemigo. Elena G. de White diría: "Revivan la fe y el poder de la iglesia primitiva, y el espíritu de persecución revivirá también y el fuego de la persecución volverá a encenderse" (El conflicto de los siglos, p. 52). El capítulo de hoy nos muestra el enojo del enemigo cuando el pueblo de Dios crece. Y usa a todo lo posible, en este caso a Faraón. Se levantó un nuevo rey sobre Egipto. Se olvidaron de aquél sabio de Israel que los salvó de la hambruna, y los convirtió en un país próspero, en medio de otros países sumidos en el caos de la escasez de alimentos. Pero así es la vida, muchos hoy recurren a Dios en tiempos de desgracia, cuando los médicos le han desahuciado, cuando la crisis económica ha hecho pedazos su familia, su empresa. No obstante, cuando las cosas van bien, cuando hay abundancia, ¿quién se acuerda de Dios?

Este nuevo Faraón recurrió a una exageración sin duda: “¡Cuidado con los israelitas, que ya son más fuertes y numerosos que nosotros!”, puesto a que Egipto había sido una nación grande durante varios siglos.

Cuando el pueblo de Dios no crece, no se expande, no alcanza a otros, no crece en infraestructura y viven en mediocridad, el enemigo está conforme. Al diablo le gusta que el pueblo de Dios viva sin crecer. Pero el pueblo de Dios nació para crecer, para expandirse, pues “el evangelio de Cristo es agresivo y expansivo” (Servicio cristiano, p. 17).
El Faraón, tal como el Diablo en el Edén usó la “astucia” para debilitar, sino destruir al pueblo de Dios con dos planes:

Trabajo en excesoLos egipcios los oprimían con trabajos rudos, los molestaban con dureza, les amargaron la vida con dura servidumbre, haciendo ladrillos de barro y en toda labor del campo les obligaban con rigor. En la actualidad sucede lo mismo, el enemigo usa el exceso de trabajo para debilitar al pueblo de Dios. Muchos cristianos viven afanados en trabajar y trabajar que descuidan su devoción personal y sin darse cuenta van haciendo lo que el diablo quiere. El trabajo es bueno, pero el exceso de trabajo motiva a no darle a Dios el primer lugar.

Matando a sus hijos. Usó a dos mujeres, a Sifra y Fúa, parteras muy conocidas en esos tiempos para que realicen su maquiavélico plan: “matar a todos los niños varones”. Sin embargo, las egipcias demostraron que es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres (Hch. 5:29) y Dios las prosperó. El enemigo, se ha empecinado desde el principio con las familias. Ataca con fuerza y dureza a los hijos con el afán “matarlos”. En la actualidad muchos de nuestros hijos son arrastrados por el lazo de muerte del diablo, ¿qué estamos haciendo por ellos?

Hace algún tiempo conocí a Brigith. Entre lágrimas me contó que no entiende a Dios ni sus planes –“Cada vez que decido avanzar sin mirar sino a Cristo, siento que el enemigo hace hasta lo imposible por destruir mi hogar, mi familia, mi vida…”- Leímos el texto de hoy, y después de algunos minutos ella entendió que el enemigo nunca está tranquilo cuando los hijos de Dios crece, pero así también, Dios nos promete estar “todos los días hasta el fin del mundo” (Mt. 28:20) para sostenernos y protegernos.
Hoy es un nuevo día, un día para crecer en Cristo, para que crezcas en todos los aspectos de tu vida y darle la contra al enemigo, pues Dios, está contigo, y si Dios es contigo ¿quién contra ti? (Rom. 8:31).

¡Buen día!



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¡Dios te bendiga mucho!

viernes, 28 de agosto de 2015

Dios no siempre hace lo que queremos - Génesis 48:18


"Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza"(Génesis 48:18).

Dios no siempre hace lo que queremos. Y es que nuestras mentes finitas, con frecuencia, no pueden entender los planes de Dios. Y cuando Dios no hace las cosas como quisiéramos, sencillamente nos frustramos y hasta nos enojamos, nos disgustamos tal y como lo hizo José: "le causó esto disgusto a José; y asió la manos de su padre para cambiarla de la mano de Efraín a la cabeza de Manasés" (Gn.48:17). ¿Te imaginas? José toma la mano de Jacob y la "pone" en el lugar "correcto", pero Jacob sabe lo que hace y le dice: "Lo sé, hijo mío, lo sé" (Gn.48:19). ¿No nos ha pasado alguna vez? Hemos notado que la vida no es justa, no tienes lo que mereces, todo parece al revés, y en ese afán, no creemos los "salvadores" y queremos darles "ayudaditas" a Dios.

José llevó a su dos hijos, Manasés que significa "Dios me hizo olvidar todo mi trabajo y toda la casa de mi padre", y Efraín que significa "Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción". Los dos hijos explican dos etapas en la vida de José en Egipto al verse bendecido por Dios. Por tradición, costumbre y lógica humana, Jacob debería poner su mano derecha sobre la cabeza del primogénito (Manasés), pero no fue así. Jacob, a sabiendas, adrede, puso su mano derecha sobre el menor (Efraín). La pregunta de José, y de la mayoría de lectores de la Biblia podría ser: ¿por qué? La respuesta puede ser difícil de aceptar: No lo sabemos, lo único que sabemos es que Dios tenía un plan diferente al de José, y Jacob por inspiración divina, sí sabía.

Dios es el Dios de los imposibles. La lógica humana escapa a la divina. Dios tiene el panorama completo, y aunque parezca un dicho facilista o fatalista, Dios siempre sabe lo que es mejor, porque el día que no sepa, no sería Dios. Los planes de Dios son mejores, aunque parezcan ilógicos, "de patas arriba", "sin pies ni cabeza"... siempre serán lo mejor para ti, y para mí.

Hoy es un nuevo día. Ten la seguridad de que en las manos de Dios hay bendición real. Tanto Efraín como Manasés fueron parte de las doce tribus de Israel, ambos fueron bendecidos, uno más que otro, tal y como Jacob lo había predicho. En las manos de Dios estamos seguros, aunque no podamos entenderlo fácilmente. Dios no siempre hace lo que queremos, pero siempre hace lo que es mejor, aunque nos sea complicado de entender. 

Buen día!



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¡Dios te bendiga mucho!

jueves, 27 de agosto de 2015

CADA UNO OFRECE LO QUE TIENE - Génesis 47: 7, 10


"También José introdujo a Jacob su padre, y lo presentó delante de Faraón; y Jacob bendijo a Faraón [...] Y Jacob bendijo a Faraón, y salió de la presencia de Faraón" (Génesis 47:7, 10).

Cada uno ofrece lo que tiene. No puedes dar lo que no tienes. Jacob bendijo a Faraón por que él era un hombre bendecido. Esto parece sencillo y simple, no lo es. Los Faraones eran considerados como "dioses", eran ellos, los que generalmente bendecían (o maldecían). Ellos eran "divinos", según la cultura egipcia. Sin embargo, Jacob, que tenía una relación muy estrecha con el Monarca más grande y poderoso del universo, simplemente cumple su misión: BENDICE A FARAÓN.

Todo hijo de Dios que goza de comunión con su Padre, sabe, entiende y vive su misión. ¿Cuál es esa misión? Ser una bendición. Dios le dijo a Abraham: "y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición [...] y serán benditas en ti todas las familias de la tierra" (Gn.12:2,3). Tú yo yo estamos en este mundo, caído en pecado, para ser de bendición. No importa en la situación o el lugar donde nos encontremos, si eres un esclavo, preso o gobernador como José, debemos ser de bendición. Jacob tenía en mente claramente quién era él, y quién era el Faraón; para Jacob, el Faraón era un ser humano y necesitaba ser bendecido, y lo bendijo. Los presidentes, ministros, políticos, ilustres,empresarios, militares, famosos, etc., todos, absolutamente todos son humanos y necesitan de Dios, necesitan de Jesús, la mayor bendición. 

Al llegar, y al despedirse, Jacob bendijo a Faraón. No sabemos qué es lo que le dijo, tal vez dijo algo así: "Jehová, el Dios de los cielos y la tierra te bendiga, te de larga vida...", "Como hijo de Jehová, el Dios de mis padres, te bendigo...". No lo sé, pero de seguro fueron palabras que reconocían a Jehová, como Dios único y verdadero. Otro detalle es que Jacob no se inclinó ante Faraón. Faraón no dijo nada, aceptó la bendición de Jacob. ¿Qué tal? ¿Quién puede resistirse ante la bendición de Dios? ¿Quién podría rechazar la bendición de Dios? 

Sin duda alguna, solo podremos dar lo que tenemos. Jacob bendijo y fue una bendición porque Dios lo bendecía. José era de bendición y todo lo que hacía era prosperado por Dios, porque era un bendito de Jehová. Solo cuando seamos bendecidos por Dios seremos capaces de ser de bendición a los demás. En el trabajo, en el colegio, en los estudios, en todo lugar jamás debemos olvidar que fuimos llamados para ser de bendición. Fuimos llamados para bendecir a las personas, no importa si son más ricos y encumbrados que nosotros, todos necesitan de Dios, todos necesitan la bendición de Dios. Tú y yo debemos cumplir esa misión.

Hoy es un nuevo día. No olvides, el mundo necesita de Dios, y tú eres el enviado, tú tienes la bendición para compartirla. Tienes a Jesús, la mayor bendición, compártela.

Buen día!


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¡Dios te bendiga mucho!

miércoles, 26 de agosto de 2015

Los pies en Egipto y el corazón en Canaán - Génesis 46:3, 4


"Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos" (Génesis 46:3, 4).

Nuestro destino no es este mundo. Este mundo es solo un paradero. Nuestro destino final es el cielo. No obstante, los caminos de Dios no siempre son fáciles de entender. La lógica escapa a las acciones de Dios. Nuestras mentes finitas se sorprenden de cómo Dios actúa en la vida de sus hijos. Sin embargo, jamás debemos olvidar que los caminos de Dios son perfectos. Él es Dios, y todo lo que Él haga siempre será lo mejor, aunque no lo entendamos al principio.

Israel (Jacob) estaba emocionado por ver a José, su hijo amado. Decidió ir a verle a Egipto. Sin embargo, en su corazón había un temor. Dios había prometido a sus padres (Abraham e Isaac) que serían una gran nación en Canaán. Abraham salió de Ur en dirección a la tierra donde ahora estaba, Canaán. ¿Estaría haciendo lo correcto? ¿Dios estaría de acuerdo con ese plan? ¿Estaría motivado por lo que era mejor para su familia o simplemente por su gran amor por José? Hay veces en que no sabemos que hacer ante situaciones que demandan una gran tomar una decisión grande. ¿Qué hacer?

Es interesante notar que Jacob, al momento de salir de Canaán, ofreció sacrificios en Beerseba a Dios. Esto es realmente impresionante. ¿Qué haces tú cuando estás a punto de tomar una decisión? ¿A dónde vas cuando no sabes qué hacer? ¿Quién es tu consejero para tomar decisiones? Jacob nos enseña que es a Dios a quien debemos ir. Solo Dios nos dirá lo que es mejor. 

El texto de hoy es claro. "No temas", le dice Dios. Era cierto, Jacob tenía miedo, su temor tenía que ver con estar o no haciendo su parte para que la promesa de Dios se cumpla. En cada decisión que tomemos no debemos olvidar que puede estar en juego los planes de Dios. José ofreció sacrificio y Dios le respondió: "Y dijo: Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas descender a Egipto, porque allí yo haré de ti una gran nación. Yo descenderé contigo a Egipto, y yo también te haré volver; y la mano de José cerrará tus ojos" (Génesis 46:3, 4). Ante su temor, Dios le dice que no tenga miedo porque allí estará Él, y allí se cumplirá la promesa: UNA GRAN NACIÓN  de su descendencia. Y no solo eso, sino que le dice que su viaje era temporal, no sería para siempre. Dios le haría volver. Los pies de Jacob estarían en Canaán, pero su corazón debía estar en Canaán, la tierra prometida.  

¿Por qué debían ir a Egipto? ¿Por qué no se quedaron en Canaán? Dios sabía el porqué. Dios jamás te dice que dejes algo que sea bueno para ti.Todo lo que Dios te pidió que dejes o abandones, no era lo mejor en tu vida. La tierra de Canaán no era propicia para el cumplimiento de la promesa: La hambruna, las tribus y pueblos cananeos eran una amenaza; además sus hijos habían tenido una conducta muy lejana a los consejos de Dios, por el mal ejemplo que los rodeaba.  Dios les había prometido que su descendencia sería como la arena y las estrellas que no se pueden contar, pero la familia de Jacob no eran más de 76 sin contar mujeres y niños (no era suficiente para ser una gran nación). Puede parecer ilógico, pero en los planes de Dios lo ilógico puede ser lógico, y lo lógico simplemente ilógico. 

Hoy es un nuevo día! No temas, Dios cumplirá su promesa en tu vida. Debes buscar a Dios en cada decisión, no tomes decisiones solo, Dios sabe siempre lo que es mejor... Como Jacob, busca a Dios para tomar las mejores decisiones de tu vida. Finalmente, que tus pies estén en Egipto (este mundo), pero que tu corazón y tus pensamientos estén en Canaán (Cielo). Que Egipto no te corrompa, jamás olvides que solo estamos de pasada, temporalmente; nuestro destino es Canaán, es el Cielo.

Un viejo himno dice:
Soy peregrino aquí; no hallo do morar

en áurea playa está mi muy lejano
hogar;
yo soy embajador del reino allende
el mar;
embajador soy de mi Rey...

Buen día!


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¡Dios te bendiga mucho!

martes, 25 de agosto de 2015

EL PLAN DE DIOS: QUE SEAS EVANGELISTA - Génesis 45:5


"Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros" (Génesis 45:5).

Un hombre de Dios identifica, entiende y vive Su propósito. Debemos entender que Dios tiene Su propósito para ti y para mí y lo cumplirá (Sal.138:8). La persona que no entiende que Dios tiene un propósito para su vida será infeliz. Ante situaciones tristes y complicadas de la vida pensará que su destino es sufrir. Dios tiene planes grandes y hermosos para el ser humano. Jeremías diría: "Sé muy bien lo que he planeado para ustedes, dice el SEÑOR, son planes para su bienestar, no para su mal, a fin de darles un futuro con esperanza" (Jer.29:11). ¡ Extraordinario! ¿Maravilloso verdad?

Cuando José finalmente se dio a conocer, todos sus hermanos tuvieron gran temor. José lloró mucho, lloró a gritos dice la Biblia, porque Dios había sido fiel con él. Al ver a sus hermanos estupefactos y atemorizados, José les dijo: "Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros" (Gn.45:5). Dios me envió, dijo José. José había identificado los propósitos de Dios, pero no solo eso, sino que llegó a entenderlos y a vivirlos en tiempos nada fáciles,como esclavo y en preso. Dios tiene planes, y los cumplirá, aunque nos parezcan complicados.

¿Cuál es el propósito de Dios para José? ¡Salvar vidas! Ese es el propósito de Dios para todos sus hijos, y para la iglesia. Elena G. deWhite dice: "La iglesia es el medio señalado por Dios para la salvación de los hombres. Fue organizada para servir, y su función es la de anunciar el Evangelio al mundo" (Hechos de los apóstoles, p. 9). Y es que "cada verdadero discípulos nace en el reino de Dios como un misionero" (Servicio cristiano, p. 14). La Biblia es más clara aún, "Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que tú nacieras te consagré; te puse por profeta a las naciones" (Jer.1:5). Y esto es de sabios, así lo entiende Salomón: "el que gana almas es sabio" (Prov.11:30). 

Dios tiene planes grandes para sus hijos, pero solo se cumplirán cuando el ser humano entienda que Dios tiene Sus propósitos y planes. Dios puede tener los mejores planes, pero si el ser humano no identifica,  no entiende y no vive los propósitos de Dios, no será posible. Y los planes de Dios están registrados en Su Palabra, la Biblia. No hay otro lugar en donde podamos identificar los planes de Dios. Cada mañana, en la primera hora, Dios nos quiere mostrar sus planes, está en el ser humano identificarlo, entenderlo, y vivirlo. ¿Qué tal?

Hoy es un nuevo día, ¿ya identificaste el propósito de Dios para tu vida? ¿Entiendes qué planes tiene Dios? ¿Estás viviendo esos planes? Puedes sentir que todo te sale mal, que estás pasando por problemas terribles y que la vida es injusta. Recuerda, Dios tiene planes, identifícalos, entiéndelos y vive en ellos. Dios te envió allí donde estás. Dios te envió para preservación de vidas, esto es evangelismo. Tú y yo nacimos o estamos en el lugar donde estamos, por una razón: Salvar vidas. Este es uno de los mayores y sublimes propósitos que Dios tiene para sus hijos.

Buen día!


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viernes, 21 de agosto de 2015

FIEL en lo poco, FIEL en lo MUCHO - Génesis 41:38


"Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios" (Génesis 41:38).

De las celdas egipcias, al palacio real. Parece fácil, no lo fue. José pasó, injustamente un tiempo en la carcel, y todo ello lo preparó para llegar a donde lo vemos hoy. En la casa de Potifar, José, era el mayordomo de la casa y administrador de sus bienes (Gn.39:4). En la cárcel, José, fue el siervo del capitán de la guardia. ¿Quieres ocupar puestos honorables? ¿Quieres tener un cargo de mayor responsabilidad? Aprende a ocupar puestos pequeños con éxito, como José, y estarás listo para cuando Dios te de la oportunidad. Si no aprendes a ser fiel a Dios en lo poco, en lo mucho jamás lo harás (cf. Lc.16:10). La pregunta es: ¿cómo llegar a tener una vida?

Todo lo que José hacía en la casa de Potifar era prosperado en gran manera (Gn.39:2,3), hasta en la cárcel, José fue una verdadera bendición. Y es que José jamás olvidó quién era, él era hijo de Dios. La persona que olvida quién es, olvida a dónde va. De ser un esclavo, de la noche a la mañana (literalmente), se convirtió en gobernador de Egipto. ¿Porqué? La Biblia dice la razón: Faraón vio a José como un hombre dirigido por Dios.

José le dijo a Faraón que escoja a un hombre "prudente" y "sabio" para que se encargue de todo el proyecto/plan (Gn.41:33). Prudente en tiempos de  abundancia, y sabio en tiempos de escasez. Mientras José hablaba, el Faraón hacía una búsqueda mental entre todos sus siervos, sus consejeros y administradores... No había alguien que fuera capaz de ser "prudente" y "sabio", esas cosas no se heredan, no se compran ni venden; eso viene solo de los dioses (la palabra que se utiliza es elohim y puede ser traducido también como "dioses", entendiendo que el Faraón era idólatra), o de Dios (el único y verdadero, según el escritor bíblico, Moisés). Y así, el Faraón, no encontró a otro hombre, sino a José, un hombre sabio y prudente, como el de la parábola de los cimientos (Mt.7:24) que construyó su casa sobre la roca. 

Elena G. de White dice: "Desde el calabozo, José fue exaltado a la posición de gobernante de toda la tierra de Egipto; sin embargo, estaba lleno de dificultades y riesgos [...] Pero el carácter de José soportó las pruebas de la adversidad y de la prosperidad. Manifestó en el palacio de Faraón la misma fidelidad hacia Dios que había demostrado en su celda de prisionero" (Patriarcas y profetas, p. 222). Tampoco lleguemos a creer que las cosas para José fueron sencillas, pero José, pudo salir victorioso por su carácter sometido a la voluntad divina.

Hoy es un nuevo día. Job 28:28 expresa lo siguiente: "He aquí que el temor del Señor es la sabiduría, Y apartarse del mal, la inteligencia". ¿Nos preguntamos cómo llegó José a ser sabio? A través de su comunión con Dios y su vida santificada. Ser prudente y sabio es solo posible si Dios actúa en nuestras vidas, en nuestro carácter. Así, estaremos preparados para ir donde Dios mande.

Buen día!


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jueves, 20 de agosto de 2015

AUNQUE TODOS SE OLVIDAREN, DIOS NUNCA SE OLVIDARÁ TI - Génesis 40:23


"Y el jefe  de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó" (Génesis 40:23).

La palabra olvidó (del verbo hebreo shakaj) significa también "ignorar". El jefe de los coperos no solo olvidó a José, sino que lo ignoró; y ser ignorado es mucho peor que ser olvidado, es olvidarse voluntariamente. ¿Te has sentido ignorado alguna vez? ¿Creíste que no se iba a "olvidar" de ti? No te engañes, también tú te has olvidado muchas veces de personas que confiaron en ti, ¿o no?

Ser jefe de los coperos del rey era una responsabilidad de suma confianza, la vida del rey dependía de cuidado de él. José pensó que el jefe de los coperos haría algo por él, por su cercanía al rey/faraón. Llegó a contarle su historia, la injusticia que habían hecho con él, todo. ¿Cómo se habrá sentido José? Pesar que el jefe de los coperos haría algo por él, pero los días pasaban, las semanas pasaban, los meses pasaban, y nada de nada.

Tus "jefes" pueden olvidarse de tus buenas obras, tus amigos, tu familia... pero Dios jamás. El mismo verbo hebreo para olvidar también es usado por el profeta Isaías: "¿Se olvidará  la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti" (Is.49:15, el énfasis es mío). ¡Maravilloso! ¿Qué te parece? Es cierto, duele, decepciona; y hasta nos genera incomodidad, rencor y resentimiento, pero así es el ser humano; así somos, nos olvidamos o queremos olvidarnos de las personas que muchas veces han confiado en nosotros.

De manera extraordinaria, José, no renegó. La Biblia no registra que José haya renegado, vociferado, maldecido ni envenenado su vida por la decepción. Simplemente esperó. Sabía que todos, el jefe de los coperos del rey se olvidó de él, pero que Dios, jamás se olvidaría de él. Lo había demostrado. José continuó trabajando fielmente en lo que le correspondía, y Dios lo premiaría al final, aunque él no sabía cómo.

¿Quién eres tú? ¿Eres "el jefe de los coperos"? ¿Eres "José"? Es posible que como el "jefe de los coperos" te hayas olvidado de dónde has salido, de dónde te sacó Dios. Tal vez eres como "José", nadie valora tu trabajo, no te reconocen, se "olvidan" de ti, pero nunca debes olvidar que Dios, Él jamás se olvidará de ti. ¿Amén?

Puedes hoy tener la seguridad de que Dios se acuerda de ti, y aunque todos te negaren, aunque todos se olvidaren de ti, ciertamente Dios nunca se olvidará de ti (Is.49:15). 

Buen día!



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miércoles, 19 de agosto de 2015

¿LOS VALIENTES HUYEN, los cobardes se quedan? - Génesis 39:12


"Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió" (Génesis 39:12).

Las tentaciones son vencibles. No hay tentación imposible de vencer. Las tentaciones pueden ser constantes e insistentes, "cada día" (v.10), pero no indica que el tentado tenga que caer derrotado. ¿Qué debemos hacer si somos tentados? José nos enseña dos cosas: No escuchar y salir huyendo. Todos los días la esposa de Potifar tentaba a José. Con sus palabras y demostraciones físicas, la esposa de Potifar se había empecinado en acostarse con José. Sin embargo, José, no era un joven común, él era un hijo de Dios. 

No escuchar y huir, parece sencillo, pero es más serio de lo que parece. No escuchar es sinónimo cortar todo nexo o vínculo de tentación. Y huir, tiene que ver con que, si a pesar de que "no escuchas" y la tentación aparece, tú tienes que escapar, huir, salir, alejarte. Sin embargo, las dos cosas son solo demostraciones externas de algo más fuerte y poderoso, tu comunión con Dios: José, era un joven de Dios, y por ello Dios le prosperaba. José era fiel a Dios, a pesar de toda su vida sufrida. El hijo de Jacob entendía que todo era pasajero, que Dios tenía un plan para él, aunque no lo veía pronto.

Pablo diría, "Huye pues de las pasiones juveniles" (2 Tim.2:22). Para una vida cristiana de éxito, hay que aprender a decir, NO. Y no, es NO. ¿Cuántas lágrimas nos ahorraríamos si tan solo aprenderíamos a decir NO ante las tentaciones? Cuando el enemigo tentó a Eva, en el huerto de Edén, ella puedo decir, NO; pero se puso a argumentar y a fundamentar su posición, y finalmente pecó.

No escuches y huye. Y esto no es de cobardes como puede parecer. Huir es de valientes, recuerda que el mismo que dijo que debemos huir de pasiones juveniles, también dijo: "Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio" (2 Tim.1:7), ¿qué tal? PODER, esto es hacer; AMOR, esto es el motivo; y DOMINIO PROPIO, esto es saber decir ¡NO!

Hoy es un nuevo día. Recuerda que NO HAY TENTACIÓN INVENCIBLE. Y que se los vence no haciéndole frente sino NO ESCUCHANDO y HUYENDO ante las tentaciones. No eres cobarde, eres valiente. Tú y yo tenemos espíritu de PODER, AMOR y DOMINIO PROPIO.

Buen día!



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martes, 18 de agosto de 2015

¿Mirar el error ajeno y olvidar el mío? - Génesis 38:26


"Entonces Judá los reconoció, y dijo: Mas justa es ella que yo, por cuanto no la he dado a Sela mi hijo. Y nunca más la conoció" (Génesis 38: 26).

Somos tan ligeros en señalar los errores ajenos. Con frecuencia, nos fijamos más en la paja del ojo ajeno; y no queremos ver la viga que está delante del nuestro (Mt.7:3). ¿Por qué somos así? ¿Por qué es más fácil ver los errores de los demás? ¿Nos sentimos menos culpables actuando así? La historia de hoy es compleja y tiene que ver con ello. 

Una mujer llamada Tamar, viuda dos veces, joven y sin una vida futura. En su desesperación decidió vestirse de prostituta para acostarse con su suegro, Judá. El hijo de Jacob, también estaba viudo, sin saber que la "prostituta" con la que fornicaba era su nuera, dejó su báculo, sello y su cordón como garantía de pago. Tres meses después, Tamar estaba a punto de morir quemada (Gn.38:24). La razón: Estaba embarazada, producto de "fornicación". Judá, era el "juez", pero un juez muy "injusto", un fornicario que decide quemar a su nuera por fornicaria. Él mismo había fornicado con ella (aunque sin saber que era su nuera) y ahora quería matar a una mujer "fornicaria". Grande fue su sorpresa cuando la acusada (Tamar),  sacó el báculo, sello y cordón que un fornicador le había entregado como garantía de pago (¿digna de una novela mexinana?). Judá reconoce que él era un fornicario.

¿Cómo actuamos con personas que han errado? Movidos por la justicia, por el qué dirán, por seguir los reglamentos muchas veces nos olvidamos que también nosotros somos pecadores... solo que nadie sabe (humano), o aún no se descubre nuestro pecado. ¿Eres tú alguien sin error? Jesús diría: "el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra" (Jn.8:7). ¿Cómo crees que se siente alguien que ha errado? Él se siente a morir, sabe que cometió un error, y no solo eso, sino que la gente, sus amigos... familia quizás le den la espalda. Es allí donde el que cometió el error necesita un abrazo, una palabra de ánimo. Jesús le dijo: "Ni yo te condeno, vete y no peques más" (Jn.8:11).

Hoy es un nuevo día. Piensa antes de juzgar a alguien. Analiza tu vida. Mira que el que apunta con el dedo índice, tiene al meñique, anular y medio apuntándolo a él. ¿Por qué no hacer una llamada y darle fuerzas a quien cometió un error? Si Jesús no te condena, ¿quién eres tú para condenar? Lo único que Jesús hace es decirte que ya no sigas así, avanza, vive un vida diferente: "vete y no peques más".

Buen día!


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lunes, 17 de agosto de 2015

EL ODIO Y ENVIDIA DESTRUYEN - Génesis 37:19, 20


"Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador. Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños" (Génesis 37:19, 20).

No siempre la envidia, el rencor y el odio son gratuitos. Podemos tener motivos más que suficientes para fundamentar nuestro odio, rencor y envidia. En serio. Imagínate si hubieras sido hermano de José, ¿habrías actuado diferente? Ver que tu padre ame más a José, que a ti, y a tus demás hermanos, no sería un asunto fácil de asimilar.  Pero si el hecho de que Jacob prefiera y ame más a José, que a sus demás hermanos, era motivo de envidia y odio; la actitud de José respecto a sus sueños era aún más complicado. 

Los hermanos de José "le aborrecían y no podía hablarle pacíficamente" (v.4) por que era el hijo más amado, "y llegaron a aborrecerlo más todavía" (v.5) por su primer sueño,  "y le aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras" (v.8) en su segundo sueño y "le tenían envidia" (v.11). José había hecho muchos "méritos" para que sus hermanos lo aborrezcan y le tengan envidia. Jean de la Bruyere, escritor y moralista francés decía: "La envidia y el odio van siempre unidos. Se fortalecen recíprocamente por e hecho de perseguir el mismo objetivo". En el caso de los hijos de Jacob, la frase cae "coo anillo al dedo". Odio y envidia terminaron "muerte de José".

Del capítulo de hoy podemos extraer lecciones valiosas, pero quisiera destacar dos:

En primer lugar, no debe haber preferencias hacia los hijos. Parece simple y obvio, pero es más serio de lo que parece. Ningún hijo será igual al otro, pueden ser mellizos y gemelos (como Jacob y Esaú) pero jamás serán igual. Dios nos hizo diferentes, con dones y talentos, pero diferentes. Y como padres debemos entender que no podemos tener hijos como nosotros queremos. Hay que valorarlos y amarlos como son, con sus habilidades y talentos. No hacer diferencias, eso solo causará enojo, envidio y una serie de sentimientos dañinos para la familia. Jacob, imprudentemente, mostraba abiertamente su amor desmedido por José, a tal punto de haberle regalado una túnica de colores, que era generalmente para el primogénito. Los hijos de Jacob no tenían la culpa de que Jacob no amara a sus madres (Lea, Bilha y Zilpa).

En segundo lugar, el odio y envidia son destructivos. Aunque tengamos motivos suficientes y de sobra para odiar o tener envidia, debemos saber que ello es más dañino para nosotros. La persona que odia no tiene paz, no es feliz. La persona que odia vive pensando en cómo destruir o hacer daño a la otra persona, cuando en realidad la que más daño se hace, es ella misma. Pero, ¿a dónde nos puede conducir ese tipo de sentimientos? Los hermanos de José, algunos más que otros, pensaron en matar a José. Terrible pero real. Los hermanos de José pensaron en matarlo, Rubén se opuso, pero finalmente lo vendieron como esclavo (que era casi lo mismo). Finalmente, regresaron a casa y le dijeron a Jacob que José murió atacado por una bestia.


¿Eres padre? Cuidado en demostrar tu amor por tus hijos. No puedes imaginar qué podría causar una actitud parcial. ¿Sientes odio por alguien? ¿Le tienes envidia a alguien? Puede que tengas razones de peso para tus sentimientos. Sin embargo, no olvides que esos sentimientos no son de Dios. Esas son semillas que el enemigo planta. Lo plantó en Lucifer, el ángel más hermoso y perfecto, pero que abrigó odio, envidia... No tenía motivos, pero esto muestra que odio y envidia, con razón o sin razón no son tienen un final feliz. El odio y la envidia destruye vidas, familias, sueños...

Recuerda, se hace más daño el que odia y envidia que el que es odiado y envidiado. Solo el amor de Dios es capaz de poner amor y perdón en corazones lastimados. Ve a Jesús, no dudes. No volverás igual. 

Buen día!


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DECIDES POR TI, DECIDES POR TUS HIJOS - Génesis 36:1


"Estas son las generaciones de Esaú, el cual es Edom" (Génesis 36:1).

Llegamos a un capítulo que resulta un poco pesado para no pocos, pero con oración, podemos entender una vez más que, toda escritura es inspirada y útil (2Tim. 3:16). A continuación veremos algunas lecciones:

En primer lugar, EdomEsaú es identificado como "Edom" cinco veces (versos 1, 8, 9, 19, 43). Según Génesis 25:30 Esaú llegó a ser llamado Edom por el guiso rojo que cocinó Jacob, con el que perdió su primogenitura. No obstante, si leemos la Biblia cuidadosamente, veremos que Edom (descendientes de Esaú) llegó a ser enemigo del pueblo de Dios. El profeta Abdías escribió todo un libro contra Edom, por su actitud burlona y cruel ante Israel. Edom se regocijó cuando Israel fue saqueada e incluso participó en ella. Era un pueblo orgulloso, y Dios declara Su odio por Edom (Mal. 1: 3-4) y se compromete a derribarlo irreparablemente  y para siempre. 

En segundo lugar, Las esposas. Esaú se casó con mujeres cananeas, y sus hijos se casaron con ​​cananeas. Su primera esposa (Ada) tuvo un hijo llamado Elifaz que se casó Timna, la hija de Seir el Hori. Timna fue la madre de Amalec (v.12, 22). Su segunda esposa (Aholibama) era la sobrina de Timna (versión 2, 25) y la nieta de Seir. Esto está en contraste con Abraham, Isaac y Jacob, que todo se casó de vuelta a casa y se negaron a mezclarse con el resto del mundo. Su tercera esposa tuvo un hijo llamado Zera (v.13) que pudo haber sido el padre de Jobab que era un rey en Edom (v.33). Lo leído es interesante porque destaca la obra de Esaú y la obra de sus hijos en el plano familiar. Padre que considera el yugo desigual como un asunto sin importante, tiene hijos de igual pensar. Si no tuvieron esposas israelitas, ¿cómo tendrían hijos temerosos de Dios? 

En tercer lugar, Canaán. Si bien era cierto que Canaá era la tierra prometida, no obstante, el pueblo de Dios debía vivir de manera diferente. Esaú también era hijo de la promesa, Rebeca su madre e Isaac su padre oraron a Dios y Dios les respondió: Esaú y Jacob. Los dos hijos fueron educados conforme a la voluntad de Dios, pero ambos fueron diferentes. Esaú despreció su bendición como primogénito. Le gustaba la vida secular, la vida lejos de Dios y su voluntad.

Una vez más podemos ver que la actitud que tengamos hoy, tendrá consecuencias mañana. Moisés registró la Palabra de Dios: "A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia"(Deuteronomio 30:19). La última parte del verso dice: escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia. Tú y tu descendencia. Cuando tú decides hoy, también lo haces para tu descendencia, para tus hijos.

¿Qué tipo de descendencia estás construyendo?¿Quisieras hijos que amen a Dios o enemigos de Dios y de su pueblo? No decides solo para ti, decides también para vidas futuras. Si eres joven piensa bien con quién te casarás. No te unas a alguien con quien no serás feliz, tú ni tus hijos. Y finalmente, estamos en el mundo, pero no somos del mundo. Vivamos como israelitas, aunque estemos entre cananeos.

Buen día!


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¡Dios te bendiga mucho! 

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