viernes, 26 de septiembre de 2014

Jonás 4: La verdad sobre el evangelismo


"Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabia yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo para la ira, y grande en misericordia, y que te arrepientes del mal" (Jonás 4:2).

Finalmente Jonás le expresa a Dios a través de una oración la razón del porqué huyó a Tarsis cuando Dios le había enviado a Nínive. El texto anterior tiene lecciones interesantes para la vida: 
  1. La oración (v.2).- Jonás entendía muy bien el tema de la oración. Jonás ora a Dios y le expresa todo lo que piensa y siente. Le manifiesta su desacuerdo respecto a la salvación de Nínive. Jonás pudo ser rebelde, desobediente y loco, pero incluso en esos momentos oraba al Señor. La oración es el acto de abrirle el corazón como a ún amigo. Ciertamente, la oración es el alimento del alma.
  2. La confesión (v2).- En la oración que expresa Jonás le dice las razones del porqué no quería venir a Nínive. Le dice en otras palabras: "No necesitabas de mí para salvar a los ninivitas. Tú eres bueno, misericordioso, perdonador... no harías tanto mal a esas personas porque los amas a pesar de ser malvados". El enojo del profeta entonces, no era porque Dios salvó a Nínive sino porque Dios lo involucró en sus planes. En resumen: El evangelistas Jonás estaba muy, pero muy enojado porque Dios le hizo perder tiempo, pasar por penurias sabiendo que finalmente Nínive sería perdonada.
  3. La petición (v.3).- Enojado en "extremo" el profeta le pide a Dios que le quite la vida argumentando que es mejor la muerte que la vida. Aquí se encuentra la segunda razón del enojo extremo de Jonás: Su reputación como profeta, "permitió que su mente se espaciase en la posibilidad de que se le considerase un falso profeta. Celoso de su reputación perdió de vista el valor infititamente mayor de las almas de aquella miserable ciudad" (Profetas y reyes, p. 202). Recordemos que su mensaje no dijo: "Arrepiéntanse,arrepiéntanse...", simplemente dijo: "De aquí a cuarenta días Nínive será destruída" (3:4), y fueron los ninivitas que dijeron después de hacer ayunos, cubrirse de cilicio: "¿Quién sabe si Jehová se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?"(3:10). Con lo visto entendemos porqué estaba tan enojado contra Dios a tal punto de preferir la muerte que la vida.
  4. La respuesta (v.4).- De manera sorprendente Dios le responde: "¿Haces tú bien en enojarte tanto?". La respuesta de Dios es la respuesta que los padres solemos dar a nuestros hijos cuando están enojados o en desacuerdo con nuestras decisiones. "Ya hijito, no es para tanto...". Un Dios maravilloso, extraordinario... que entiende nuestras aflicciones, nuestras luchas y conflictos. Sabe, conoce todo de nosotros y lejos de juzgarnos, nos dice que nos ama, que todo lo que hace lo hace por nuestro bien. La historia de Jonás continúa. Se va cual niño travieso y rebelde fuera de la ciudad esperando que algo pase con la ciudad, quizá Dios sea más "justo" y castigue como dijo a Nínive. Se hizo una enrramada y esperó (v.5). Dios le responde a Jonás simplemente con AMOR. Y en muestra de ese amor le da sombra a través de una calabacera. Jonás se alegra, pero al día siguiente un gusano enviado por Dios mata a la planta. Con el suerte sol del nuevo día, Jonás se está desmayando y ora nuevamente: "Mejor sería para mí la muerte que la vida" (v.8). Dios le responde una vez más con mucho amor: "¿Tanto te enojas por la calabacera?", y Jonás responde: "Mucho me enojo, hasta la muerte" (v.9). Dios le dice entonces la razón del porqué perdonó a Nínive. Para Jonás no era nuevo, él mismo ya lo sabía. 
  5. La verdadera razón.- La Biblia no nos dice pero hay dos pregunta flotando en el aire respecto a lo que Jonás argumentó. ¿Era necesesario que Jonás vaya a Nínive? ¿Porqué Dios envió a Jonás a Nínive si podía salvarlos sin él? No era necesario que Jonás vaya a Nínive para que la ciudad se salve sencillamente porque vimos que Jonás ni era un gran predicador ni era un profeta consagrado cabalmente a Dios. Sin embargo, lo que Jonás no advertía y pocos vemos es que Dios no lo envió por los ninivitas sino por él mismo. La salvación no era solo para Nínive, sería para Jonás en primer lugar. Y es que Jonás necesitaba hacer la obra evangelística para que pueda salvarse. Dios sabía que Jonás estaba mal, probablemente desanimado, frío espiritualmente sumido en la rutina de su iglesia en Gad-Hefer y Dios sabe que si su profeta no predica sencillamente morirá, se perderá o "se ehchará a dormir"
La historia de Jonás es sencillamente valiosa para todo cristiano. Valisosa en extremo para todo evangelista. El mecánico es mecánico porque arregla carros, el médico es médico porque trata enfermos... el evangelista es evangelista si evangeliza. La verdadera razón del porqué Dios nos envía a "Nínive" no es solo por ellos, es cierto, ellos necesitan salvarse, conocer a Dios y arrepentirse; pero tú y yo necesitamos salvar para salvarnos. La obra evangelística nos beneficia más a nosotros que a los que evangelizamos. No olvidemos que Dios no necesita de nosotros para predicar el evangelio. Nosotros sí.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

jueves, 25 de septiembre de 2014

Jonás 3: DIOS EVANGELIZA A PESAR DE LOS "EVANGELISTAS"


Imagino a Jonás muy feliz al salir del pez. Alaba y agradece a Dios. No tiene palabras para mostrarle su profundo agradecimiento. Él reconoce que la "salvación es de Jehová" (4:9), el pez solo fue un instrumento que Dios usó para salvarlo. Ahora, se dispone a ir a su casa, darse un baño, cambiarse de ropas y dormir plácidamente en el calor de su Gat-Hefer. Sin embargo, Dios le tiene preparado una misión, no es nueva, es la misma misión anterior, la que él rechazó: "Vino por segunda vez palabra de Jehová a Jonás diciendo: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad y proclama el mensaje que yo te diré" (3:2,3 cf. 1:2). El capítulo 3 de Jonás tiene lecciones impresionantes para todo evangelista:
  1. Evangelista salvado.- "Cada verdadero discípulo nace en el reino de Dios como misionero" (Servicio cristiano, p. 14). Jonás fue salvado por Dios de manera milagrosa, y fue salvado porque él tenía un plan que cumplir con él. No podemos olvidarnos de que Dios nos ha salvado, rescatado del fondo del mar para que seamos evangelistas. Así lo ve Pedro: "Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 Pe.2:9). Dios no nos salvó para nos vayamos de vacaciones. Dios quiere que cumplamos la misión. Yo creo que Jonás estaba chasquedo. Él hubiera preferido estar en casa, regresar a su pueblo, pero Dios le tenía un plan mejor.
  2. Evangelista por compromiso.- Jonás pudo haber argumentado muchas cosas para nuevamente negarse a ir a Nínive, pero sabía que nada bueno encontró desobedeciendo a Dios. Decidió ésta vez, hacer caso al pedido de Dios. Aceptó cumplir la misión, no por amor, sino por temor. Y acá encontramos una lección más de vida. ¿Cuál es el motor de mi ministerio? ¿Qué es lo que me motiva a cumplir la misión? Jonás ya no quería huir de Dios, pasar por penurias, sabía que no hay nada bueno en alejarse de Dios, entonces decide obedecer a Dios y cumplir la misión encomendada. Una de las situaciones más tristes en la vida de un misionero, de un evangelista es realizar una obra sin amor, sino por temor, por dinero, por el qué dirán. Son evangelistas o predicadores que no tienen amor por las almas, no tienen pasión por la obra de Dios. Viven de la obra, no viven para la obra. Jesús es nuestro mayor ejemplo. No desperdició ni un solo segundo en la salvación de las personas. Jonás fue a cumplir la misión, pero no fue feliz.
  3. Evangelista de "pocas palabras".- Como dijimos ayer, sí que Jonás era un evangelista extraño. Finalmente ya está en Nínive y comienza su obra misionera. Uno imagina a un evangelista diferente, pero al igual que en el barco, Jonás nos sorprende con un sermón resumido. No se preocupa en detalles, no hay razones ni argumentos, ilustraciones ni nada, solo "predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida" (v.4). Y es que Jonás estaba tan enojado que su predicación durante los tres días fue simplemente las ocho palabras. Ahora, la Biblia no registra todo lo que Dios le dijo, al menos no dice los cuarenta días ni que sería destruida, pero imaginamos que a Jonás sí le dijo lo que generó su mensaje.
  4. ¿Evangelista de resultados?.- No sé si alguien se convertiría en nuestros días con un mensaje tan corto, puntual y directo. No hay palabras bonitas ni más. Solo un mensaje directo y por la gracia de Dios todos los ninivitas, de todas las clases sociales (hasta el rey) y hasta los animales se arrepintieron y aceptaron el mensaje del profeta. La Biblia dice: "Y los hombres de Nínive creyeron a Dios" (v.5).  Y es que le lección de oro que todo evangelista debe saber una vez más es que  la obra del evangelismo no es humana sino divina. No son las cualidades ni habilidades del predicador sino es el Espíritu Santo que trabaja para que los corazones se conviertan. Puedes ser el mejor predicador, pero si Dios no obra, nadie se convierte. Así de sencillo. Los ninivitas se arrepintieron no por el bonito sermón, el "carismático" predicador, nada de nada, ni logística ni nada, solo Dios obró en sus corazones y ellos aceptaron a Dios. Dios evangeliza a pesar de los evangelistas.
  5. ¿Evangelista de clase A?.- Con frecuencia vemos casi imposible evangelizar a personas de clases social alta, magistrados, profesionales, políticos y más. Diseñamos una y otra vez estrategias para ganar almas de "clase A" pero vemos casi siempre fracasar, ¿por qué? Porque no vamos con la idea bíblica. Jesús es nuestro modelo sin duda, pero acá en Jonás podemos ver a una población convertida. Cuando la iglesia unida, todos juntos, desde el más adulto hasta el más niño comience a orar con fervor, y se desate un reavivamiento misionero, llegará el día en que todos, absolutamente todos busquen a Dios, desde los más pobres hasta los más ricos. Total, son tan humanos como nosotros, solo que tienen todo, menos paz y amor, tienen dinero, viajes y lujos, pero no son felices, por ello todos los días vemos noticias de suicidios sorprendentes de gente que tiene todo, menos amor.
El mensaje de hoy se puede resumir en: DIOS EVANGELIZA A PESAR DE LOS EVANGELISTAS. No eres tú, no es la lógística y tu sermón. Es Dios a través del Espíritu Santo que obra a pesar de tu condición, a pesar de lo que eres. Si Dios obró de manera extraordinaria usando a Jonás como instrumento, imagina lo que puede hacer a través de ti. Yo no soy más que Jonás, ni menos, soy simplemente un evangelista, un misionero que quiere hacer la voluntad de Dios.

Tómame Oh Dios.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Jonás 2: Oración en tiempos difíciles


"Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez" (Jonás 2:1).

Cuando todo nos va bien, muchas veces preferimos huir de la presencia de Dios a donde sea posible, o simplemente "dormir" mientras todos sufren desesperadamente a nuestro alrededor, y esperamos a que ocurran situaciones difíciles para buscar a Jehová. Jonás, sabiendo que la tormenta en el mar era por su culpa, pide que lo echen al mar, y así fue. El mar se calmó, y él descendió en las profundidades del mar. Y cuando todo parecía perdido para él, Dios preparó un pez para que lo guardara del peligro del mar porque Jonás tenía un propósito que cumplir. Así, en definitiva se observa claramente que "La salvación es de Johová" (Jon.2:9). Hoy veremos una oración modelo para tiempos difíciles:
  1. Ora en todo tiempo.- No lo hagas solo por necesidad. No esperes como Jonás pasar por situaciones difíciles para buscar a Dios. Búscalo también cuando las cosas te salgan bien, cuando la salud te acompañe, cuando la prosperidad sea pan de cada día. Pero si por cosas de la vida no es así, recuerda que Dios permite situaciones tristes para que le busques. Recuerda "la oración es el acto de abrir nuestro corazón a Dios como a un amigo" (El Camino a Cristo, p.93-95). Jonás lo buscó desde el vientre de un pez.
  2. Ora con fe.- Dios siempre escucha la oración. Jonás dice: "Invoqué en mi angustia a Jehová y Él me oyó" (Jon.2:2). No importa en qué tiempo ni en qué lugar ores, lo único que debes saber es que Dios siempre escucha tu oración, pero debes hacerlo con fe. Jonás estaba seguro de que Dios lo oía, y no solo eso sino que le respondía. Cuando oremos vayamos a Dios con la seguridad de que no solo escucha tu oración sino que te responde. Dios tiene tres maneras de responder una oración: SÍ, NO, y ESPERA UN POCO.
  3. Ora sin cesar.- ¿Cuánto tiempo oró Jonás? Jonás esperó tres días y tres noches para que Dios lo libre del pez. La oración no puede ser hecha solo por minutos o segundos. Necesitamos orar más tiempo. Pablo dijo: "Orad sin cesar" (1 Tes. 5:17). La perseverancia es importante en la oración. No podemos cansarnos de orar. Recuerda que "el que persevere hasta el fin será salvo" (Mt.24:13). Jonás oró tres días y tres noches. ¿Ya has orado tres días y tres noches sin probar alimento y agua? ¡Orad sin cesar!
  4. Ora arrepentido.- Cuando ores debes hacerlo arrepentido que no es lo mismo que el remordimiento. Debes reconocer que tú no eres nada, y Dios es todo. Jesús nos enseñó en el Padre nuestro, que debemos pedir perdón a Dios, porque nosotros también perdonamos (Mt. 6:12). La oración que Dios no escucha tiene que ver con una vida no arrepentida: "Y cuando ustedes extienden las palmas de las manos,escondo de ustedes los ojos. Aunque hagan muchas oraciones, no escucho; sus mismas manos se han llenado de derramamiento de sangre" (Is. 1:15). 
  5. Ora y espera la victoria.- Cuando oras, confías perseveras y te arrepientes de todo corazón, hay respuesta: "La salvación viene de Jehová" (Jon.2:9). La respuesta viene de Dios, de nadie más. Y esa respuesta es mejor y la mejor respuesta es la que Dios tiene, aunque muchas veces no nos guste. A Jonás el pez lo vomitó  en tierra. Dios lo salvó. Y lo salvó para que salve, para que vaya a Nínive otra vez.
La vida cristiana, en muchas ocasiones, es como la vida de Jonás. Fuimos llamados por Dios para ser profetas, mensajeros del evangelio, pero por nuestros complejos y rebeldía simplemente decidimos no ir, y muy por el contrario huímos de Dios. Dios cual padre a su hijos pequeño y travieso nos busca y nos encuentra, y nosotros cual niños rebeldes nos escapamos y en nuestro escape solo nos ponemos cara a la muerte, y cuando todo está perdido, aparece nuestro padre amante con una de las suyas, un pez.

Y dentro de un pez, entendemos que pudimos morir, pero eso no sucedió porque Dios no lo permitió. Entonces movidos por el amor de Dios a través del Espíritu Santo entendemos que lejos de Dios no hay nada, oramos como nunca antes, oramos y nos arrentimos, oramos sin cesar, oramos esperando su voluntad y Dios responde. ¿Tenemos un Dios maravilloso? ¡Claro! Dios te ama. Es posible que estés pasando aflicciones dentro del vientre de un pez problema económico, familiar, de salud... recuerda que no es una "tragedia" o el fin, puede ser tu salvación. Quizá de otro modo jamás buscarías a Dios.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

martes, 23 de septiembre de 2014

Jonás 1: Un evangelista "extraño"


"Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos" (Jonás 1:6).

La historia de Jonás es una de las historias más conocidas de la Biblia. Ciertamente es toda una extraña historia. Vamos a ver algunas situaciones extrañas:
  1. Un extraño llamado: Desde el primer verso la historia es extraña porque Dios elige a un sencillo profeta de un pueblo poco conocido, Gat Jefer (2 Re.14:25) para ir a predicar a Nínive, la "gran ciudad". En cierto modo es entendible la negativa de Jonás de cumplir la misión siendo que Jonás sabía quiénes eran los ninivitas. La historia universal indica que Nínive era capital del imperio Asirio y edificada por Nimrod, bisnieto de Noé (Gn.10:7-11) y eran famosos por su crueldad con la que atacaban a las naciones que conquistaban, mujeres, niños, todos sufrían el salvajismo de sus acciones, por ello Nínive era también conocida como "la ciudad de derramamiento de sangre" (Na.3:1, 19). Toda una ciudad interesante.
  2. Una extraña respuesta: La historia también es extraña porque Jonás decide, sin dar explicaciones, argumentos o razones, huir de la presencia de Jehová. ¿A dónde huir de la presencia de Jehová? Siendo profeta de Dios, ¿acaso no conocía que de Jehová nadie puede esconderse? (Jer. 23:24). Creo que estaba tan cegado por sus complejos y temores que simplemente decidió no ir. Y se fue en dirección apuesta a Nínive, a Tarsis. Y allí en su viaje ocurre nuevamente algo extraño.
  3. Un extraño profeta: La extrañés de la historia tiene que ver con Jonás, el profeta, el que lleva las buenas nuevas, el evangelista, "durmiendo". La Biblia dice: "y Jonás se había echado a dormir" (Jon. 1:5). No hay nada de malo en dormir. Es más, es muy bueno dormir. ¿Cuál es lo extraño entonces? Lo extraño radica en la actitud del profeta ante la situación del barco. Dormía mientras el barco estaba en medio de una tempestad, una tormenta que se pensaba que el barco se partiría y toda la embarcación estaba desesperado buscando a sus dioses, clamand con fervor (Jon.1:4). Se "supone" que Jonás tenía la VERDAD PRESENTE, el mensaje correcto, la doctrina y fe bíblica pero lejos de predicar o evangelizar aquél barco, simplemente dormía plácidamente como si el problema no era su problema.
  4. Un extraño sermón: Jonás viéndose descubierto confiesa quién es, de dónde venía y de dónde era, y no solo eso sino que les dijo también que era un profeta de Jehová, "el Dios de los cielos, que hizo el mar y la tiera" (Jon.1:9). Así de sencillo y al punto. Jonás les declaró su misión y les predicó en "dos líneas" sobre su fe. Es realmente un extraño sermón, un mensaje particular.
  5. Una extraña conversión: Cualquiera diría que el sermón de "dos líneas" de Jonás no tendría un efecto positivo, pero no fue así. Jonás pudo ver que la gente aceptó al Dios verdadero,  temieron sobremanera", "clamaron a Jehová", "y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos " (Jon.1:10, 14, 16). No fue el sermón, ni el predicador. Fue Dios quien obró la conversión de los marineros.
  6. Un extraño final: Es interesante notar que Jonás pide que lo echen al mar para que todo el problema que ha ocasionado termine. Los marineros lo echaron al mar y efectivamente, tal como había dicho Jonás, el mar se aquietó. Imagino a Jonás descendiendo en lo profundo del mar, cerrando sus ojos para hacer su muerte menos terrible quizás. Y cuando está a punto de perecer, Dios tiene preparado un pez para que tragase al profeta "misionero". Jonás se despide tristemente de la vida, pero no, él no muere, vive. 
Hay historias, y hay HISTORIAS. Aunque la Biblia cuente la historia de Jonás, en realidad, la historia es de Dios, si hay situaciones extrañas como la que hemos visto, el más extraño de todos es Dios. El protagonista de la historia no es Jonás, es Dios y su proceder es muy pero muy extraño. Llamar a un profeta rebelde, que era un loco además como para escaparse de la presencia de Dios. Dios es extraño por mandar un evangelista a un pueblo corrupto y cruel. ¿Cómo puede amar Dios a un pueblo así? Es un Dios extraño porque usa a un profeta "dormilón" y toda la embarcación se arrepiente y lo acepta como Dios verdadero. Y es más extraño porque lejos de permitir que Jonás perezca por que lo merecía, lo salva a travé de un pez que no lo digiere sino que lo guarda y cuida del peligro de las aguas. Un Dios extraño.

El extraño Dios, puede ser extraño para nosotros porque no entendemos ese maravilloso amor. Pero la buena nueva es que ese amor extraordinario y extraño, lo tiene para cada uno de nosotros. Gracias Oh Dios porque nos amas y nos amas porque simplemente nos amas. Nos amas a pesar de nuestra rebeldía, nuestra crueldad, nos amas extrañamente, pero nos amas.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví
 

jueves, 18 de septiembre de 2014

Amós 6: ¿Orgullosos de ser el pueblo de Dios?



"Pasen a Calne y miren, Y de allí vayan a Hamat la grande, Desciendan luego a Gat de los Filisteos. ¿Son ustedes mejores que estos reinos, O es su territorio mayor que el de ustedes?" (Am. 6:2).

La capital de Israel, Samaria, estaba situada sobre un monte, lo que era sinónimo de ubicación estratégica en una posible guerra contra los enemigos. Los israelitas consideraban casi inexpugnable su ciudad amurallada por gruesos muros. Se sentían seguros de su poderío militar y básicamente por sus fortalezas que en realidad eran ciertas ya que el mismo ejército sirio necesitó dos años para poder tomar Samaria (2 Re.18:9-10). Se sentías confiados y orgulllosos de su ubicación geográfica, sus enormes y gruesos muros, así como su poderío militar. Y si todo aquello fallaba, había aún un motivo mucho más grande y maravilloso para los israelitas: ERAN EL PUEBLO DE DIOS.

Los israelitas se consideraban "la principal entre las naciones", "la capital de las naciones". El título de capital era motivo de orgullo pues de todos los pueblos del mundo, Dios los eligió a ellos, sencillamente eran el pueblo escogido de Dios. Tenían su bendición, su cuidado y protección (Ex.19:25; 2 Sam.7:23). Eso también era cierto. Israel era el pueblo de Dios. Él los escogió de entre las naciones y les prometió que estaría siempre con ellos. Sin embargo, el mismo Dios que los escogió como nación santa, ahora les expresa por medio del profeta Amón: "Pasen a Calne y miren, Y de allí vayan a Hamat la grande, Desciendan luego a Gat de los Filisteos. ¿Son ustedes mejores que estos reinos, O es su territorio mayor que el de ustedes?" (Am.6:2).

¿Qué es lo que Dios quiere decirles al mencionar tres ciudades Calne, Hamat y Gad? Las ciudades que el profeta cita eran ciudades importantes, prósperas, con ejércitos y grandes fortalezas, pero que con Tiglad-Pileser III, Sargón II y Uzías simplemente fueron destruídos y devastados a la nada. Es así que Dios les dice: ¿Son ustedes mejores que estos reinos, o es su territrio mayor que el de ustedes? Sencillamente, si ellos cayeron en manos de sus enemigos, Israel con todo lo que tenía también podía caer fácilmente. Ciertamente como dicen, "hasta la torre más alta, algún día se cae".

¿Y yo? ¿Y tú? ¿En quién depositas tu confianza? Has depositado tu confianza en tus bienes materiales, en tu trabajo próspero, negocio, ahorros? ¿Crees que por tu profesión, tus cuentas en el banco, propidades y seguros de todo tipo eres invencible e indestrutible? ¿Consideras que la enfermedad, la pobreza y los problemas solo le pasan aquellos que no tienen influencias ni riquezas como las tienes? Pero vayamos más lejos, si eres adventista o cristiano, ¿crees que eso es suficiente para salir librado de los problemas y del juicio de Dios? ¿consideras que como vas a la iglesia, devuelves los diezmos y las ofrendas y eres dirigente te hace merecedor de la vida eterna? ¿Crees que porque eres hijo de Dios y parte de su verdadero pueblo ya estás seguro en la tierra nueva? El profeta Amós dice que no. Ni la confianza en tus bienes ni en que eres hijo de Dios te librarán de los juicios de Dios a menos que desistas de tu vida injusta, corrupta y ociosa.

El pueblo de Israel, sus habitantes eran injustos, idólatras, era un "reino de violencia" (silla de iniquidad), se gozaban en la música degradante con el pretexto de que era una música de adoración a Dios cuando en realidad era música secular a gustos propios (v.5), tomaban en poco serio los ritos y la adoración a Dios que hasta usaban los "tazones" para beber vino y se ungían en aceites caros que tenían fines religiosos (v.6), así mismo tenían lujosos templos y construcciones con dinero fraudulento y con "panes de pobres" y finalmente con orgías a idólolos a los que le llamaban "placeres" (v.8). Entonces, los Israelitas creían que así como estaban serían considerados aceptos en el día del juicio. No sería así. Al contrario, serían los primeros en ir al cautiverio, y así fue: Los asirios destruyeron todo, completamente todo, construcciones y  habitantes y quedó a nada.

No pensemos que por ser miembros de una iglesia, dirigentes de la misma, tener bendiciones materiales y hasta riquezas estamos librados de los juicios de Dios. Jesús viene ciertamente pronto, no llevaremos ni plata ni oro, no llevaremos casa ni tarjetas de crédito, autos y bienes, solo llevaremos un caracter que debiera ser trasnformado por el poder de Dios cada día, cada mañana. Vivamos hoy haciendo justicia, lo recto, lo verdadero en cada accionar, pensamiento y palabra.  Nosotros no somos mejores que Israel, si ellos fueron destruídos en el día del Señor en manos de los asirios, tú y yo también pereceremos en el día Grande de Jesús a menos que busquemos a Dios de todo corazón (Jer. 29:13) y vivamos de manera recta ante los ojos de Dios. Recuerda, "Isaías también exclama en cuanto a Israel: "AUNQUE EL NUMERO DE LOS HIJOS DE ISRAEL SEA COMO LA ARENA DEL MAR, sólo EL REMANENTE SERA SALVO" (Rom. 9:27).

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Amós 5: El triste final del formalismo religioso


¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas y no de luz (Am. 5:18). 

El libro de Amós fue escrito especialmente para amostar a Israel, el reino del norte, y es que a diferencia de las naciones extrangeras representadas por sus ciudades principales: Damasco, Gaza, Tiro, Edom, Amón y Moab que fueron juzgadas por atacar y hostigar al pueblo de Dios, y a Judá que fue amonestada por "menospreciar la ley de Jehová, y no guardar sus ordenanzas" (Am.2:4), ellos, O sea Israel es amonestada por su "injusticia, crueldad, incesto, disipación e idolatría".
Es decir, leía su Biblia, trataba de agradar a Dios pero a su manera. Tenían los templos más lindos, ricos y lujosos supuestamente a Jehová en Gilgal, Bet-el y Beerseba, pero eran centros idolátricos y lugares formalismo religioso. Por eso Dios dice: "Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas...vuestros holocaustos, ofrendas, vuestros cantares, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos..." (Am. 5:22-23), Cultos, reuniones, música, conciertos, ofrendas, etc. Todas las manifestraciones religiosas por más buenas que sean no agradan a Dios y Él las "aborrece y abomina" si son solo manifestaciones externas y formalismo religioso para aplacar la conciencia por las constantes injusticias y atropellos que se realiza contra los más humildes y pobres.

El texto de hoy dice: "¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este día de Jehová? Será de tinieblas y no de luz (Am. 5:18)". ¡Qué versículo más extraño! Los israelitas anhelaban el día de Jehová porque creían que ese día sería el fin de los conflictos contra sus enemigos, serían libertados, vivirían felices por siempre... eso era bueno, pero el problema era que ellos pensaban que así como estaban, así como vivían su religiosidad podrían heredar el reino de Dios. ¡Qué engaño! Es triste ser engañado, pero es más triste engañarse uno mismo. 

¿Y yo? ¿Y tú? ¿Anhelamos la venida de Jesús por segunda vez? ¿Quiseras que Jesús venga pronto? Si eres adventista o cristiano de seguro que la respuesta sería lógica y simple: SÍ. Es más, la pregunta estaría demás. Sería fuera de lugar. ¿Cómo no vamos a añorar ese acontecimiento? No estaríamos en la iglesia si no deseáramos eso. Pero, ¿crees que orás al cielo así como estás? ¿crees que el día de la venida de Jesús será un día de felicidad para tu vida así como estás? Por eso el profeta Amós dice: "Ay..", así como Juan el profeta en Apocalipsis también refiere los "Ayes" (Ap.11), antes de la venida de Jesús por segunda vez.

 Es triste ser engañado, pero es más triste engañarse uno mismo. Dios nos dice hoy "Buscadme y viviréis" (Am.5:4). Todas las advertencias que encontramos en la Biblia son para hacernos reflexionar y volver a los brazos de Dios de todo corazón, no solo de "boca" sino completamente. Vivir un cristianismo real y no solo formal. Jesús desea que estemos con Él por la eternidad, pero debemos "buscarlos" y buscarlo de todo corazón (Jer. 29:13).

Dios te bendiga!

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

jueves, 11 de septiembre de 2014

Joel 2: Lluvias de gracia: La obra del Espíritu Santo


"Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio" (Joel 2:23).



¿Qué significa la "primera lluvia a tiempo", "lluvia temprana" y "lluvia tardía"? "El Señor emplea estos fenómenos naturales para ilustrar la obra del Espíritu Santo [...], así se da el Espíritu Santo para que lleve a cabo a través de sus estapas el proceso del creciemiento espiritual" (Testimonio para los ministros, pp. 516-7). Podríamos decir entonces que (1) "La primera lluvia a su tiempo" es cuando aceptamos a Cristo y decidimos seguirle lo que hace que seamos bautizados en agua, (2) La "Lluvia temprana" tiene que ver con el bautismo diario del Espíritu Santo, y (3) La "Lluvia tardía": Terminación de la obra de la gracia de Dios en nuestras vidas. Son etapas del cristiano en su experiencia con el Espíritu Santo.
También, a nivel escatológico significan: (1) La "Primera lluvia a su tiempo": Mensaje de Justicia de Cristo, (2) La "Lluvia temprana": Pentecostés de la iglesia primitiva, y (3)La "Lluvia tardía": Derramamiento final del Espíritu Santo (Ver: Profetas y Reyes, p. 86; Los Hechos de los Apóstoles, pp. 44-45; El Conflicto de los Siglos, p. 669).
"Se envía la lluvia tardía para dar poder a la voz del tercer ángel (Profetas y Reyes, p. 86) y preparar a la iglesia, para la segunda venida de Cristo (Los Hechos de los Apóstoles, p. 45).
Demos gracias por haber recibido a tiempo la "lluvia primera", que seamos bautizados todos los días con la "lluvia temprana" y Oremos por el derramamiento de la "lluvia tardía". 
¡Feliz día!

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Joel 1: Hacia arriba: CLAMA A DIOS


"A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo" (Jl.1:19)

Todos los seres humanos tienen problemas, los cristianos también. Hay cristianos que tienen deudas, problemas matrimoniales, dificultades con sus hijos, enfermedades, etc. ¿qué diferecia existe entonces con uno que no es cristiano si ambos tienen problemas? El profeta Joel expresa: "A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo" (Jl.1:19). 
¿A dónde vas tú cuando ves que tu matrimonio se destruye? ¿Qué haces tú cuando las deudas van quitándote lo que por años has trabajado? ¿ A quién recurres cuando tu vida se consume rápidamente por algún vicio, hábito o problema emocional? ¿Quién te ayuda a superar los problemas que a veces asoman tu hogar? Yo también tengo problemas, y cuando ello ocurre, yo CLAMO A JEHOVÁ. Recurro a Jehová, porque sé que Él es el único que puede hacer lo que yo, ni nadie hará posible. Mi confianza es Dios. Esa es la diferencia más grande.
El salmista David dice "Jehová es mi pastor, nada me faltará..." (Sal.23:), pero también dice en ese mismo salmo: "Aunque ande en valle de sombra de muerte..." (Sal.23:4), quiere decir que cuando somos "ovejas de Dios", cuando estamos en su rebaño "iglesia" seremos bendecidos, nuestras necesidades serán suplidas, pero habrán momentos de escasez y peligros por muchos o pocos problemas a tal punto de atentar quizás con tu vida "sombra de muerte". Dios nunca prometió que la vida del cristiano, la vida de sus hijos sea como los finales de cuentos de hadas "y vivieron felices por siempre...". ¡No! Dios nos dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mt.28:20).  Por ello el salmista David termina el verso 4 diciendo: "Aunque ande en valle de sombra de muerte NO TEMERÉ MAL ALGUNO PORQUE TÚ ESTÁS CONMIGO". ¡Qué extraordinario! ¡Maravillosa promesa!
¿Pueden también los hijos de Dios tener problemas? Sí. ¿Cuál es la diferencia con un no cristiano? Que el cristiano deposita su confianza en Dios, pues sabe que lo prometió y que siempre estará con él. 

Gracias a Dios por ello.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

martes, 9 de septiembre de 2014

Oseas 14: Vuelta en "U": REGRESA A DIOS


"VUELVE, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído" (Os.14:1).

La historia de Oseas es una de las historias de amor más trágicas, extrañas y asombrosas de la Biblia. Dios le dice a Oseas: "Ve, tómate una mujer fornicaria..." (Os.1:2). ¡Qué pedido más extraño! Es cierto, algunas veces Dios pide cosas extrañas. A Abraham le pidió que entregue a Isaac en sacrificio o le dijo a Gedeón que pelee contra el enemigo con solo 300 hombres y despida a los demás a sus casas. Pero éste pedido es muy extraño y loco. Si yo hubiera sido Oseas no le hubiera aceptado a primeras. Como todo joven soltero imagino que Oseas imaginaba casarse con una buena mujer, soltera y de buena reputación. No solo creo, yo estoy seguro de que Oseas oraba por una esposa virtuosa. ¡Cómo Dios podía pedirle tal cosa! Imagino a Oseas diciendo: "Señor, disculpe, no escuché bien. ¿podrías repetirme?... Señor, pero yo he esperado toda mi vida una mujer virtuosa como escribió Salomón en los proverbios: "Mujer virtuosa ¿ quién la hallará?" (Prov.31:10).

Oseas acepta el pedido de Dios y obediente se casa con Gomer, la mujer fornicaria. Imagino lo que la gente hablaría a espaldas del profeta. Él la llegó a amar mucho sin embargo. La amó mucho a pesar de todas las tragedias que le tocó vivir al lado de esa mujer. Tuvo hijos y también los amó.

La historia extraña de amor era un sermón que Dios quería que el pueblo de Israel escuche. El pueblo era duro de entender, por ello dice: "Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento..." (Os.4:6). Es así que Dios usó la vida de Oseas y su relación dramática para ilustrar el tipo de amor que Dios tiene para con su pueblo, Israel. Dios como Oseas, ama a una mujer fornicaria, ama a un pueblo fornicario que busca amor por dinero, busca amor en placeres y cosas. Una mujer infiel, que busca amantes y placeres y finalmente termina esclavizada.

Nadie puede ser feliz nadando en aguas turbias y contaminadas después de haber nadado en aguas limpias y cristalinas. El último capítulo de Oseas registra la súplica de Dios a Israel con el mensaje: "VUELVE, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado has caído" (Os.14:1). Lejos de Dios no hay nada bueno. Tú sabes que es así. No te mientas, no trates de negarlo. ¿Has encontrado algo bueno lejos de Dios? Y si encontraste algo "bueno"... ¿cuánto tiempo te duró? Volvamos a Dios. Regresa a donde perteneces. Regresa a Dios.

Pr. Heyssen J. Cordero Maraví

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